Proyecto desarrollado en colaboración con:
María Camila Gómez, Paula Rodríguez y Estefanía Santos.
YUNDO
Proyecto participante en el Biodesign Challenge, presentado en Parsons y en el Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York en 2018.
Hoy en día, la mayoría de las personas que viven en ciudades industrializadas pasa hasta el 90 % de su tiempo en interiores. Según la Agencia de Protección Ambiental de EE. UU. (EPA), las personas están más expuestas a altos niveles de contaminación dentro de sus hogares y lugares de trabajo que en el exterior.
Por estas razones, creamos YUNDO (que significa "pureza" en japonés), una superficie viva elaborada con materiales biodegradables y organismos vivos que contribuyen a mejorar la calidad del aire interior mediante un diseño artístico y sostenible.

El proyecto está compuesto por dos elementos esenciales: el primero es un material superficial elaborado a partir de fibras naturales provenientes de residuos agrícolas, creado mediante un proceso sostenible de fabricación de papel.
“Los residuos agrícolas son económicos, biodegradables y fáciles de encontrar en todo el mundo. Dependiendo del país de fabricación, estos residuos varían, y su aprovechamiento mejora la sostenibilidad ambiental. Por ejemplo, en Colombia se obtiene bagazo de la caña de azúcar, mientras que en Estados Unidos y China los residuos agrícolas provienen del maíz y el arroz, respectivamente.”
— Julieta Gaitán
En el caso del bagazo, el proceso de fabricación del papel consistió en triturarlo, mezclarlo, formar la hoja, extraer el agua y finalmente dejarlo secar durante dos días para obtener la superficie Yundo, compuesta por fibra natural.


El segundo elemento es el corazón de Yundo, que habita dentro de esta fibra natural: se trata de cianobacterias, organismos genéticamente modificados que liberan oxígeno al absorber el CO₂ del aire.
Estas bacterias se colocan sobre el bagazo, que actúa como una tela contenida dentro de una lámina plástica. Esta superficie plástica, transparente y protectora, permite el paso del oxígeno, conservando al mismo tiempo las condiciones necesarias para la vida de los microorganismos. A simple vista, la pieza podría confundirse con una obra de arte colgada en la pared.

